Caminando Contra la Sociedad Carcelaria

Sobre la cárcel, el abuso y la resistencia

Por Mate Amargo

A partir del 9 de Marzo comenzó la Caminata de los Sin Voz, la cual busca visitar diversos centros penitenciarios del país con la finalidad de agitar la lucha contra las cárceles y dar a conocer la palabra de los presos y familiares que diariamente son golpeados por la realidad de la prisión. De esta manera, a través de un viaje que parte desde el sur y avanza hacia el norte, la problemática de las cárceles vuelve a surgir y las injusticias que ocurren tras las murallas son visibilizadas a través del apoyo y la solidaridad.

11078053_903486976364548_4474036198924146721_n La lucha contra las cárceles suele ser una problemática bastante difícil de tratar y también de entender, sobre todo teniendo en cuenta que el común de la gente ve las enormes moles de cemento como una parte esencial de la sociedad, allí donde van quienes son un peligro para el normal desarrollo del país y la ciudad, aquellos que están mejor encerrados en sus celdas que deambulando tranquilamente por las calles. En realidad la lucha contra y dentro de las cárceles es algo que comparten sólo quienes han tenido, de una u otro forma, cercanía con la prisión y los presos y quienes luego de muchos cuestionamientos llegan a entender el sistema carcelario como uno de los pilares fundamentales de un sistema injusto y voraz.

Sin embargo, la cruda imagen de la Cárcel de San Miguel siendo devorada por las llamas no dejó indiferente a ninguno de los habitantes de este territorio y le mostró a la obediente ciudadanía, de forma abrupta y certera, aquella violenta realidad que hubiesen querido no tener en cuenta a la hora del almuerzo. Aquel 8 de Diciembre del 2010 murieron 81 reos y un país amnésico recordó de muy mala gana que aún existen cárceles y miles de personas hacinadas tras las rejas.

Ese día el aparataje mediático comenzó a transmitir imágenes de los familiares de los presos que, al otro lado de las impenetrables murallas, iban siendo alcanzados por la muerte. Madres, padres, hijos, hermanas y hermanos, lloraban y gritaban desgarradoramente exigiendo que les devuelvan a sus seres queridos con vida o que al menos les dieran alguna explicación o información o lo que fuera.

Muchos fueron los comentarios y opiniones que surgieron en ese momento, desde quienes simplemente creían que era mejor que los presos murieran calcinados y ahogados hasta quienes lloraron de rabia ante un acontecimiento tan horroroso. Allí fue que comenzaron a surgir los primeros bosquejos del problema carcelario: nombres de supuestos responsables, las posibles negligencias que ocasionaron la muerte de los reos, las inhumanas condiciones en que viven los presos, el despotismo de los gendarmes, el maltrato a los familiares, etc. Sin embargo, todos estos son problemas que siempre existieron y que aún existen, pero como muchas veces en la historia fue necesaria la catástrofe para tomarlos en cuenta.

El sistema carcelario es y será injusto, puesto que representa la forma en que un sistema fallido va encerrando y aislando a quienes no encajan en la estructura. Así como los hechos acontecidos en la Cárcel de San Miguel, existen muchos otros similares donde además de la dignidad los reos también han perdido la vida y la palabra. Si bien luego de cada caso quienes ostentan el Poder se llenan la boca prometiendo mejoras y soluciones, la realidad es que las condiciones dentro de las cárceles siguen siendo nefastas.

Por otra parte, es necesario tener en cuenta que históricamente la cárcel ha servido como un método de control de los movimientos y organizaciones sociales más radicalizadas, es decir, aquellas que más molestan al sistema. Es por ello que, en el caso de nuestro país, las celdas siempre han estado repletas de Miristas, Frentistas, Lautarinos, Anarquistas y Mapuche, por nombrar algunos. Estos son los que comúnmente se denominan Presos Políticos. Por no ir más lejos, es emblemático el caso de la construcción de la Cárcel de Alta Seguridad, concretada durante el primer gobierno de la transición que, según su definición, estaba diseñada para encerrar a los presos de mayor peligrosidad. En la práctica este centro de reclusión se repletó en poco tiempo de todos aquellos combatientes que no se creyeron el cuento de la democracia y siguieron luchando, así quedó en evidencia el nuevo sistema de control que rige hasta el día de hoy en este territorio.

Es por ello que actualmente son muchas las organizaciones que han encontrado en la cárcel un campo de batalla donde dar la pelea, no sólo por sus familiares y cercanos, sino también por los presos en general y por consolidar una crítica consistente a la sociedad de las cárceles. Marchas, propaganda, solidaridad, encomiendas, visitas, dinero y diversas acciones son algunas de las formas en que la agitación anticarcelaria se manifiesta actualmente.

Gloria Moneny y la Caminata de los Sin Voz   

Muchos son los casos de despotismo carcelario, muchas las veces en que la injusticia y la violencia de este sistema de control quedan evidenciadas y el sentido común se ve seriamente sobrepasado. Uno de estos casos es el de Marco Galdámes, quien llevaba alrededor de dos meses en prisión cuando se le diagnosticó un cáncer linfático, el cual en muy poco tiempo terminó por quitarle la vida luego de mantenerlo en nefastas condiciones.

Poco tiempo pasó para que este joven de 27 años bajara drásticamente de peso y botara sangre cada vez que intentaba orinar, evidenciando su delicado estado de salud. Claramente le quedaba poco tiempo de vida, pero esto nada le importó a los gendarmes que se burlaban de él mientras lo custodiaban en el Hospital Regional de Valdivia.

Su madre, Gloria Moneny, no era un mujer ajena a la condición presidiaria de su hijo, sobre todo porque además otro de sus hijos permanecía recluido. Es por ello que esta mujer de madura edad con el tiempo fue generando una conciencia y una crítica al sistema carcelario, sobre todo por las vejaciones y malos tratos que suele perpetuar gendarmería contra los presos y sus familiares.

Aunque parezca algo absurdo y horrible, Marco Galdámes permanecía amarrado con unas esposas a la camilla del Hospital Regional de Valdivia, incluso cuando su delicado estado de salud indicaba que no se salvaría y que, sin ninguna duda, ya no representaba ningún “peligro para la sociedad”. Es por ello que su madre inició los alegatos para que a su hijo le soltaran las esposas para que así pudiera al menos morir tranquilamente en sus brazos.

Sin embargo, todas estas peticiones fueron negadas por las autoridades carcelarias y judiciales, argumentando que un individuo como Marco Galdámes podía intentar escaparse o atacarlos. Sin importar los alegatos de abogados y médicos que pedían sacar las esposas del moribundo, el decreto final fue mantener las cadenas, ya que ese sería el protocolo habitual. Finalmente el joven muere sin poder abrazar a su madre, sin liberarse aunque sea un momento de la cárcel.

Es así como nace la organización anticarcelaria “Marco en Libertad”, anteriormente denominada “Vientos de Libertad”, la cual, al igual que otras organizaciones de la misma índole, busca dar a conocer los sucesos y abusos que ocurren dentro de las cárceles, así como solidarizar de diversas formas y prestar ayuda económica y material a quienes se encuentran privados de libertad en los diversos centros penitenciarios del territorio.

Una de las actividades en que ha participado esta organización, junto a otras que luchan en la misma trinchera, es La Caminata de los Sin Voz. Esta iniciativa comenzó el 9 de Marzo y consiste en una visita a los distintos centros penitenciarios del territorio, por los que se pasará haciendo agitación y contactándose con los familiares de presos de cada sector con la finalidad de dar a conocer todos aquellos aspectos de la cárcel que la gente desconoce y que las autoridades buscan esconder.

“Yo soy una mujer de 52 años que perdió a su hijo engrillado a una camilla, así decidimos unirnos y hacer la organización “Marco en Libertad”. Actualmente estamos realizando “La Caminata de Los Sin Voz”, el caminar es un acto simbólico donde pasamos cárcel por cárcel tomando el testimonio de las familias y las cartas de denuncias dentro de las cárceles, las torturas que pasan, lo que hace gendarmería con las personas privadas de libertad y con las familias que, aunque estén afuera, están encarcelados. Con esto también busco demostrar que una mujer de 52 años puede hacer despertar a esas madres que se olvidan de sus parientes encarcelados y recordarles que la cárcel siempre es para los pobres y no para los ricos. Así nos levantamos varias organizaciones, como 81 razones, Nuevo Horizonte, Confrade y Confrapeco, entre otras. Decidimos que era necesario tomarle declaraciones a las familias para que cuenten qué es lo que pasa adentro de las cárceles”, nos contó Gloria Moneny cuando se encontraba participando de la conmemoración del Día del Joven Combatiente en la Villa Francia.

Varias son las organizaciones que han participado de La Caminata de los Sin Voz. En Internet es posible encontrar circulando un afiche donde se leen los nombres de la Asociación Privados de Libertad, Nuevos Horizontes, 81 Razones, Marco en Libertad, Confapreco, Agrupación Familiares CDP Aysén, Asociación Nacional de Presos de Chile, Centro de Ayuda al Privado de Libertad y Familia y finalmente Vientos de libertad. Además se incluyen los lugares que abarcaría la caminata como Aysén, Chile Chico, Puerto Montt, Concepción, Coronel, Rancagua, Santiago, Valdivia, San Antonio, Valparaíso, Temuco, La Serena, Angol y Antofgasta.

“Nosotros empezamos en Valdivia, luego pasamos a Temuco, Curicó, Rancagua y otros recintos penales donde la gente y los familiares expresaron lo que estaba pasando, recogimos cartas de denuncia de torturas que gendarmería ha hecho y tomamos testimonios de gente que no quiere dar su nombre ni su cara porque luego son castigados. Por eso nosotros recolectamos todas esas denuncias de cosas que suceden dentro de las cárceles, de las cuales la gente no se entera y que son realmente escalofriantes.”, agrega la madre de Marco Galdámes.

Una de las organizaciones que participa de La Caminata de los Sin Voz es 81 Razones, la cual nace luego de que el incendio en la Cárcel de San Miguel se llevara la vida de 81 reclusos. Uno de sus principales integrantes, César Pizarro, nos relató su visión sobre la iniciativa:

“La Caminata de los Sin Voz consiste en la unión de varias organizaciones sociales que trabajan en el entorno carcelario, en defensa de derechos humanos, denuncias por tortura, orientación jurídica y personal. Cualquier consulta que tenga un privado de libertad y su familia nosotros se la resolvemos gratuitamente. Los abogados que tienen que defender a la gente nosotros los conseguimos mucho más baratos, a veces incluso gratis para las familias. Así nos llegó la idea a la cabeza de generar algún tipo de denuncia desde el sur del país hasta Santiago, recopilando toda la información en terreno, entrevistando a las familias afuera de las cárceles. Ahí es cuando Gloria Moneny se le ocurre marchar, nosotros le decíamos que estaba loca, con su edad y su diabetes, pero ella tiene fuerza y decidió impulsar la caminata.”

Por su parte, el conjunto de organizaciones que componen la iniciativa emitió un comunicado donde explican las razones de su movilización, el cual fue difundido por diversas páginas de información antes de empezar la caminata.

“Hacemos un llamado a toda la población penal de norte a sur y familiares de estos que nos apoyen en esta noble causa impulsada sólo por el amor hacia los más necesitados y olvidados por la gran parte de la sociedad chilena. No queremos más torturas, abuso de poder, violaciones, maltrato físico muchas veces con resultado de muerte, ni psicológicos por parte de Gendarmería de Chile en contra de nuestros hijos, hermanos, padres y madres dentro de las cárceles y dejarles en claro que las rejas no acallaran nuestra voz .”, dice uno de los párrafos del escrito.

En lo que va de caminata quienes participan denuncian hostigamiento policial, el cual se expresa en seguimiento y en el robo de la mochila de Gloria Moneny, además de otras irregularidades sucedidas en las cercanías de la cárcel. Pero, según afirma César Pizarro, ellos no tienen nada que ocultar, ya que su movilización es pública, donde sus caras, nombres y apellidos son perfectamente visibles. Por el contrario, su movilización es justamente para mostrar y visibilizar la violencia del sistema carcelario.

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“En Temuco nos han seguido, se nos perdió una mochila y nosotros pensamos que querían quitarnos los registros. Se asustan porque llevamos un cartel y buscamos decir lo que pasa en las cárceles para que la gente lo sepa. Por eso se asustan, porque nosotros somos el patio trasero de este país donde nadie nos quiere. Por eso nos unimos con varias organizaciones para demostrar que todo lo que está pasando no es normal, que cualquiera de nosotros, los pobladores, cualquier persona pobre puede caer en la cárcel. Nadie está libre de esto.”, dice Gloria con respecto al seguimiento policial.

Sin duda que la iniciativa de visitar los distintos centros penitenciarios del país es algo que no dejará indiferente a ningún preso, ya que quienes pasan sus días tras las murallas no están acostumbrados a recibir gestos de apoyo y solidaridad. Por el contrario, los alegatos y reclamos que a veces se atreven a emitir después de una golpiza de gendarmería u otro abuso no suelen ser considerados ni escuchados por nadie. Sin embargo, aunque le pese y moleste a la autoridad, siempre habrá alguien que pegue un cartel o corte una calle en las afueras de los templos del control social y su silencioso rostro.

Una molesta cercanía

Al asumir una lucha contra la estructura del capital, sea cual sea esta, si aquella lucha es concreta y realmente molesta para el orden capitalista, lo más probable es que dentro de sus cuestionamientos surja la posibilidad de la cárcel como una consecuencia más que posible. Muchas son las ideas y los conflictos que caminan casi bordeando la prisión, equilibrándose entre la legalidad y lo prohibido, entre lo aceptado por la autoridad y la verdadera rebeldía.

No estaría de más decir que en todas las naciones del mundo la rebelión de los oprimidos está prohibida y es duramente reprimida, perseguida y encarcelada. Es por ello que para los anarquistas la crítica y la lucha contra la cárcel siempre ha parecido necesaria, por no decir obligatoria, ya que al entablar una crítica al sistema imperante muchos de nosotros intuyen una celda al final del camino. La cárcel es el principal método de control que este sistema tiene y nosotros somos declarados enemigos de la explotación y el sometimiento. Es por ello que sentimos cercanía cada vez que se habla de presidio, sea político o no.

Es debido a lo anterior que actualmente muchos compañeros se encuentran presos en las cárceles del capital. Mónica Caballero, Francisco Solar, Tamara Sol Vergara, Juan Flores, Hans Niemeyer, Nataly Casanova, Freddy Fuentevilla, Marcelo Villarroel, Juan Aliste Vega, Carlos Gutiérrez Quiduleo, son algunos de ellos que actualmente cumplen condenas, por mencionar algo.

También es necesario recordar a todos aquellos que han pasado por procesos carcelarios sin que exista ninguna prueba suficiente para culparlos, sólo su abierta y declarada ideología antisistémica, es decir, el ansia de abolir y destruir este orden. Así hemos visto cómo el sistema carcelario no sólo golpea con la efectiva prisión, sino también a través del amedrentamiento y la constante persecución a las ideas contrarias a su lógica.

Actualmente el Pueblo Mapuche no está alejado de esta realidad, al ser sus planteamientos y su resistencia una crítica radical al sistema capitalista, difícil de comprar y cooptar. Debido a ello este pueblo ha visto en la cárcel la única tierra que el Estado Chileno les ha entregado. Muchos presos del Wallmapu han sido encerrados en el último tiempo, usualmente acusados por testigos sin rostro de participar en diversas acciones subversivas, sus casas han sido allanadas y sus familiares atacados con perdigones, golpes y patadas.

El mismo movimiento estudiantil también ha sido víctima de diversos montajes, detenciones ilegales, interrogatorios y allanamientos que constituyen la respuesta de los poderosos a un movimiento social amplio y generalizado en el territorio. Para el Poder siempre es necesario frenar la agitación, sea cual sea su origen, y para eso existe la posibilidad de la cárcel y sus múltiples forma de expresarse.

Incluso la legislación suele apuntar hacia el aumento de la ideología carcelaria dentro de la sociedad, criminalizando las movilizaciones y las acciones que no encajen en la estructura. No está demás recordar cómo hace algunos años atrás se intentó concretar aquello que se denominó la Ley Hinzpeter, donde se buscaba penalizar a cualquier persona que realizara hasta el más mínimo gesto de desobediencia. Obviamente esta ley no fue aprobada por lo burdo de sus planteamientos, pero de todas formas la iniciativa revela el trasfondo ideológico de la represión.

Lo que intentamos decir es que el sistema carcelario no sólo es algo que atañe a los presos y sus familias, sino es una parte fundamental del estancamiento social que impide que la rabia se desborde y, por tanto, que los verdaderos cambios radicales sucedan. En nuestra cotidianidad y en las diversas luchas que se dan actualmente siempre está presente la cárcel como una condicionante que busca impedirnos ir y hacer lo que creemos justo y necesario.

Es por ello que todo gesto que busque criticar lo que sucede dentro de las cárceles nos parece necesario, sobre todo teniendo en cuenta que las cárceles son la consecuencia de la realidad que habitamos. No estaría demás recordar unas últimas palabras de Gloria Moneny que, recordémoslo, perdió un hijo esposado a una camilla:

“Nosotros nos cansamos de tanta injusticia, nadie nace siendo delincuente, sino que la gente se hace delincuente por la economía, por la falta de oportunidades, por muchas cosas que incluso vienen del tiempo de la dictadura. Nosotros estamos tragándonos todo ese veneno que nos dejaron, pagando las consecuencias de todo un país.”

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